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El programa liderado por Claudio Huepe Minelotti, futuro Ministro de Energía, propone con fuerza la idea de la transición energética, marcada por la descarbonización y el mayor uso de energías renovables no convencionales (ERNC).

Su hoja de ruta también contempla la responsabilidad ambiental, la democratización en la generación, producción y distribución energética, además de promover el desarrollo del hidrógeno verde y la electromovilidad.

Lo anterior está en sintonía con la meta del actual gobierno de contar con una matriz energética 100% verde al 2050, también llamada Neutralidad de Carbono a la que Chile adhirió, tras el Acuerdo de París (2016).

Pero, ¿qué tan factible es la cruzada que pretende liderar Claudio Huepe en el próximo período? A juicio de Edward Fuentealba Vidal, Director del Centro de Desarrollo Energético Antofagasta (CDEA) y académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica  de la Universidad de Antofagasta, dicho programa sí es factible de llevar a cabo. Pero, advierte que chocará con importantes obstáculos.

“Las principales dificultades son la sequía que ha gatillado una menor generación hídrica en la zona central, la falta de infraestructura de transmisión para llevar la energía producida desde distintas regiones hacia los puntos de consumo y el almacenamiento energético para dar continuidad operacional a los proyectos de fuentes limpias”.

Coincidente es la opinión de Lorenzo Reyes, Doctor en Energía de la  Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza) y Director del núcleo INVENT de la Universidad Austral de Chile (UACh).

“La integración de sistemas de almacenamiento a distintos niveles de la red eléctrica y el fomento a la participación desde la demanda (usuarios finales), son primordiales para la transición energética”.

Almacenamiento, un cuello de botella

Hasta aquí el almacenamiento energético es una barrera para los expertos. Eduardo Andrade, Secretario Ejecutivo de la Asociación Chilena de Comercializadores de Energía (ACEN), va aún más lejos asegurando que “el éxito de la transición energética dependerá, entre otras cosas, de próximas innovaciones en sistemas de almacenamiento o baterías”.

Si bien hoy la industria cuenta con diferentes tecnologías como las famosas baterías de Ión Litio, éstas presentan desventajas para su aplicación a gran escala.

Requiere tener bajo control el voltaje y la temperatura de operación en rangos seguros, lo que implica contar con circuitos de protección. En grandes aplicaciones, el mayor problema es el sobrecalentamiento.

Mientras que las baterías de Sulfuro de Sodio (NaS); Flujo-Redox; Plomo Acido y otras, aún no son 100% confiables.

Desafíos técnicos y ambientales en ERNC

Chile protagonizó un boom de proyectos ERNC a contar del 2014, un promisorio camino que se ha prolongado hasta hoy. De hecho, nuestro país marcó un hito en 2020 cuando el 25% de su generación eléctrica provino de fuentes verdes. Cabe recordar que la meta original era alcanzar un 20% de generación ERNC en 2025.

En diciembre pasado Chile anotó una nueva marca: fue reconocido como el mejor país para invertir en ERNC en América, superando a Brasil, Canadá y Estados Unidos, según el ranking anual elaborado por Bloomberg New Energy Finance.

El reporte también destacó que en 2020 nuestro país logró atraer US$4.600 millones de inversión en energías limpias, especialmente para solar y eólica.

Sin embargo, tal cartera de proyectos verdes representa importantes retos técnicos que Claudio Huepe deberá combinar sabiamente con la variable ambiental.

“Más generación renovable implicará más áreas cubiertas por paneles fotovoltaicos o aerogeneradores, que ocuparán terrenos que en muchos casos podrían destinarse a otros fines, impactando con contaminación visual o sonora”, alerta Andrade.

La batalla por democratizar

Sin duda, la democratización de la generación, producción y distribución energética será otra gran batalla que deberá librar el nuevo titular de Energía.

“La democratización sólo se materializará a través del empoderamiento de los consumidores, transformándose en prosumidores”, enfatiza Andrade, “vale decir, en usuarios que además de consumir energía también puedan producirla”,

“Lo anterior, conocido como generación distribuida, reduciría la necesidad de nuevas centrales de generación y líneas de transmisión asociadas. Así, los clientes podrían elegir a quien comprar y/o vender, eliminando el actual monopolio”.

“El próximo paso de Claudio Huepe sería reformar la ley de distribución (última versión 21/12/19 del DFL 4), para impulsar la competencia en el mercado eléctrico. Hay que reducir el límite de la potencia, lo que permitiría a miles de pymes ser clientes libres. También es necesario volver a analizar el reconocimiento legal del comercializador puro”.

Si se avanzara en estos puntos, todos los usuarios podrían elegir libremente a su propio proveedor, recalca Andrade, “tal cual hoy los clientes eligen cada uno de sus servicios”.

La biomasa en el Sur

En tanto, Reyes, abre un nuevo frente de discusión aseverando que “en términos del fortalecimiento de la calefacción distrital, la nueva estrategia del próximo gobierno queda en deuda con las políticas energéticas de pertinencia territorial”.

“El uso de la biomasa es parte fundamental de la población y de la actividad económica desde la región de O’Higgins al sur. En transición energética, considerar la biomasa como combustible para disminuir la informalidad y mejorar su calidad, es medular”.

Si bien la biomasa representa el 3,8% (414 MW) de toda la capacidad instalada de ERNC en Chile (10.842 MW), según el informe de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento (Acera) de septiembre del 2021, efectivamente dicho recurso es muy preciado por las regiones sureñas.

¿Podrá Claudio Huepe orquestar el desarrollo del hidrógeno verde y hacer realidad nuestro sueño de la electromovilidad?

Continuará...